Me llamo Claire Wall y soy la fundadora y presidenta de Catland. A los 17 años me alisté en el ejército británico, donde aprendí desde muy joven la importancia del trabajo en equipo y la disciplina.
La vida era maravillosa sirviendo a mi país, pero después de conocer a mi marido decidí que era el momento de apoyarle. Colgué mi uniforme y juntos viajamos por el mundo. A él lo destinaron a muchos países increíbles e interesantes, lo cual nos permitió entrar en contacto con diferentes culturas.
Cuando David se retiró del ejército nos trasladamos a Jávea, donde compramos una cafetería llamada Mr. Pronto, nuestra cafetería se convirtió en todo un éxito entre lugareños y turistas. Organizamos muchos eventos para asociaciones benéficas locales, recaudando fondos y concienciando sobre diferentes buenas causas.
Poco después de mudarnos a Jávea, nos dimos cuenta de que había una superpoblación de gatos callejeros enfermos sin control. Estos felinos llevaban una vida dura y cruel tratando de sobrevivir en las calles. Se me parte el corazón cuando veo sufrir a un animal, pues merecen disfrutar de la vida tanto como nosotros.
No tardé en unirme a la asociación local Javea Feral Cats para ayudar a capturar y castrar gatos. Pero la única salida para estos gatos era volver a sus colonias y a las calles. Se trataba de gatos cariñosos que fácilmente podrían convertirse en maravillosas mascotas y que seguían malviviendo y muriendo en las calles.
La única manera de tener más posibilidades de controlar las colonias era crear una asociación que construyera un refugio. Ese refugio sería un lugar donde albergar a los gatos de forma segura hasta encontrarles hogares cariñosos. Era evidente que la ciudad necesitaba su propio centro de rescate de gatos. Me sentí atraída a involucrarme más en el problema y crear Catland Javea. Después de tresaños de trámites burocráticos, una pandemia y muchos otros obstáculos que surgieron en el camino, Catland Javea es ahora una realidad.
Estoy emocionada porque pronto se abrirán las puertas del refugio. Ha supuesto una constante y titánica lucha, pero nunca nos rendimos ni les fallamos a nuestros gatos de la calle.
Jávea necesita esto…
Me llamo Claire Wall y soy la fundadora y presidenta de Catland. A los 17 años me alisté en el ejército británico, donde aprendí desde muy joven la importancia del trabajo en equipo y la disciplina.
La vida era maravillosa sirviendo a mi país, pero después de conocer a mi marido decidí que era el momento de apoyarle. Colgué mi uniforme y juntos viajamos por el mundo. A él lo destinaron a muchos países increíbles e interesantes, lo cual nos permitió entrar en contacto con diferentes culturas.
Cuando David se retiró del ejército nos trasladamos a Jávea, donde compramos una cafetería llamada Mr. Pronto, nuestra cafetería se convirtió en todo un éxito entre lugareños y turistas. Organizamos muchos eventos para asociaciones benéficas locales, recaudando fondos y concienciando sobre diferentes buenas causas.
Poco después de mudarnos a Jávea, nos dimos cuenta de que había una superpoblación de gatos callejeros enfermos sin control. Estos felinos llevaban una vida dura y cruel tratando de sobrevivir en las calles. Se me parte el corazón cuando veo sufrir a un animal, pues merecen disfrutar de la vida tanto como nosotros.
No tardé en unirme a la asociación local Javea Feral Cats para ayudar a capturar y castrar gatos. Pero la única salida para estos gatos era volver a sus colonias y a las calles. Se trataba de gatos cariñosos que fácilmente podrían convertirse en maravillosas mascotas y que seguían malviviendo y muriendo en las calles.
La única manera de tener más posibilidades de controlar las colonias era crear una asociación que construyera un refugio. Ese refugio sería un lugar donde albergar a los gatos de forma segura hasta encontrarles hogares cariñosos. Era evidente que la ciudad necesitaba su propio centro de rescate de gatos. Me sentí atraída a involucrarme más en el problema y crear Catland Javea. Después de tresaños de trámites burocráticos, una pandemia y muchos otros obstáculos que surgieron en el camino, Catland Javea es ahora una realidad.
Estoy emocionada porque pronto se abrirán las puertas del refugio. Ha supuesto una constante y titánica lucha, pero nunca nos rendimos ni les fallamos a nuestros gatos de la calle.
Jávea necesita esto…
