Tras 34 años de servicio en el ejército, me retiré con el grado de capitán. Mi mujer, Claire, y yo habíamos pasado dos años muy felices en Chipre, por lo que nos costó adaptarnos a los nublados y fríos días del Reino Unido. Elegimos España como destino de nuestros sueños. Jávea parecía tener todo lo que anhelábamos. Recogimos todo de nuestra casa y empezamos una nueva vida en esta idílica ciudad.

Poco a poco, Claire se fue involucrando en el rescate de gatos y nuestra casa se convirtió en un hotel para gatos heridos que necesitaban recuperarse o para aquellos que necesitaban dormir la anestesia tras una esterilización. El sueño de Claire era fundar un centro de rescate felino, ya que le resultaba desgarrador devolver a un gato cariñoso a una colonia con la esperanza de que sobreviviera. Nuestro compromiso con este proyecto era del 100 %. Mi experiencia en el ejército se había enfocado en llevar la contabilidad para el Servicio Postal de las Fuerzas Británicas, lo cual me proporcionó los antecedentes perfectos para presentarme como tesorero de la recién creada asociación.

En la actualidad, tenemos tres gatos y un perro rescatados a los que adoro, disfruto de mi papel como tesorero y me encanta el hecho de que podamos marcar la diferencia en esta bonita ciudad. Pero, sobre todo, que podamos cambiar la vida de aquellos gatos necesitados.